Y te espero, siempre te espero. Tu haces tu vida, yo hago la mía, pero sigo esperándote. Vienes, lo reconozco, a veces vienes. Pero, lo bueno, es que tu puedes venir cuando quieras, y yo, en cambio, solo puedo estar para cuando tu vengas. No sé si te quiero, o si no siento nada por ti, ¡yo que sé! Vienes y me provocas sentimientos únicos, de los cuales, me cuesta desprenderme. Me haces sufrir, pero de una manera o otra, también me das vida, y no se como, ni que, ni cuando elegir. Creo que ya no sé quién eres, tienes demasiadas caras, y me niego a aceptarlo. Y ya no sé quién soy cuando estoy contigo. Ojalá no hubieras aparecido, o puede que si.