domingo, agosto 21, 2011

CALLATE!


Porque hablar implica pensar, y al pensar razonar.
Como no quiero razonar, lamentando no ser alguien con uso de razón nulo, como quizás razono demasiado al nivel de pensar cosas que prefiero que ni siquiera sean fruto de imaginación, que sean en conjunto una mosca zumbando y que ya se aleja, y se aleja más, intento apagar la cabeza.
Oración confusa: apagar la cabeza.
Decapitarme me costaría la vida, por lo tanto tacho el "dar (contra una pared) hasta que duela". No puedo afrontar un pago de lavado de cerebro, ni lavarmelo convencionalmente con cosas que se encuentran a la vuelta de la esquina, tacho también las drogas, alcohol, uso medicinal de la marihuana, y otras cosas que no van como religión pastosa, psicofármacos o libros de autoayuda; tacho el budismo porque no me quedo quieta ni que me lo proponga, parece que me muevo más todavía, tacho el concentrarme en algo blanco y la meditación en sí; las vacaciones tachado doble porque no es un problema de lugar, tacho el psicólogo tanto como como el hablar, como expliqué antes...
¿y qué me queda?

no te queda nada, salvo pensar en algo tan irreal como sea posible no pasando por donde pasé antes.
O callarte. Eso tiene más sentido.

No hay comentarios:

you can subdue , but never tame me ♪

you can subdue , but never tame me ♪